viernes, 6 de abril de 2012

disculpe que sea tan posesiva.



Espero no te importe que te llame "Mío", ese pronombre posesivo que me gusta tanto utilizar, significa mucho...
Poseerte... tus labios, tu piel... tu voz al pronunciar mi nombre, siento que me poseen cuando me tocas, o cuando tus palabras caminan por mis oídos, llegan hasta que sé yo donde y hacen que mi cabeza vuele... sonrío... y me tranquilizo.
Dulce... tus labios son dulces, como las palabras que pronuncias, cuando reflexionas sobre algo, como tu sonrisa cuando bromeas, o haces el idiota en cualquier situación. Te quiero... quiero a tu forma de pensar, a tu forma de dialogar, discutir, valorar, soñar, enfadarte y volar, quiero a tus lunares, a tu piel, a los dedos de tus manos y de tus pies (sobre todo cuando se te mueren, y dan ganas de ocultarlos entre mis manos hasta que revivan), tu cuello, tu pecho, tus ojos...
Quiero todo eso de ti, y cuando me sorprendes, me miras, me besas, hablas, cantas, silbas, o me amas de aquella manera que tu y yo sabemos, siento que te poseo, que poseo todas esas cosas que quiero, por eso, me gusta decirte "mío" por que esa sensación de necesitar todas las cosas que quiero de ti, me abrazan.




viernes, 10 de febrero de 2012

Un viaje de ida y vuelta y volver a empezar



hola!
a quien quede por aqui :)

Me mudo, de forma rutinaria a otra habitación desordenada
a seguir dándole vueltas a los desastres diarios
dejaré este blog para escritos y demás textos que vayan saltando de mi cerebro como ya sabéis
de tiempo en tiempo.

Y continuaré casi, diariamente en ochodesastres.

Un saludo acompañado de una bonita canción

miércoles, 18 de enero de 2012

de sombreros y señoritas.





¿Por qué abres este buzón?

No consigo saber si he sacado nada en claro, nunca
es difícil creer realmente algo, con fuerza, bueno, no todo...

Carta a un hombre con sombrero

"Creo", que le conozco, no. Sé, que le conozco, cada vez le conozco más.
Caballero, usted... como todas las personas, erra habitualmente,
en pequeñas y grandes cosas, charlando, tropezando...
Creer lo que realmente no cree,
afirmando cosas que no pasaron de cierta forma.
Y yo, a usted, incluso sin hablarle
cada día lo conozco más, sí, lo afirmo con certeza la verdad,
espero no se sienta desnudo, al mostrarle lo que sé.
Pues yo, no me siento decepcionada de sus errores, en absoluto,
se preguntara el por qué y es, que le conozco, es humano
comete errores, confunde, miente, se equivoca al hablar
al igual quizá, yo me equivoqué al tropezar con usted,
aun que no lo califico de error, todo pasa por alguna razón.
Creo que en aquel momento vi demasiado dentro de usted,
y ahora, también lo hago, aunque le cueste creerlo,
en otra vida, quizá fui vidente, o bruja, probablemente acabara en la hoguera
y por eso, aquel día, sentí fuego en el estómago.
En fin, espero no importunar con mi carta, pues solo quería decirle que no le guardo rencor,
algún día, conseguirá lo que yo
equivocarse, sin quemar a otras personas excesivamente,
y omitir, mentiras y palabrerías por miedo o vergüenza
pues yo sé que usted, es una persona fuerte, que quizá,
nunca pretendió hacerle mal a nadie, o incluso a si mismo.

Acepte mis disculpas, por hacer que aquel día, su sombrero cayese al suelo.
Y espero, que su miedo, no le impida volver a dirigirme la palabra.

Atentamente: La señorita que se agachó a recogerlo.


Creo... que al final, llega el momento de aceptar
lo que piensas como la verdad, realmente.