martes, 23 de marzo de 2010

...nubes bajas



Me debilito, mientras ando.
Noto que me quedo sin fuerzas;
y las miradas de las otras personas se van volviendo
translúcidas, no me importan, la verdad, no, en ese momento no.

Por que encuentro el lugar de caída
en el suelo,
junto a los pies de la gente que camina
a mi alrededor.

Una línea de colores
tranquilos y difusos,
como este día,
tras de mí van quedando así, mis fuerzas
y esa debilidad se vuelve inverosímil.

No entiendo muy bien el porqué.

En el momento que nos perdemos
dejo de buscarte,
la cabeza se crea confusa,
expuesta a cualquier situación.
Por rutinaria que parezca está rodeada de tranquilidad.

Ahora sí , al caer
todo mi peso y mi cuerpo se funde
con el suelo del vagón, con el asiento
Solo quiero cerrar los ojos, y caer, caer... mientras viajo.
Nada me parece tan malo, sino pausado.

Pausado, y recibo caricias, nada es tan malo.

No me importaría nada, ahora, pero no quiero que esto termine.

Con los ojos cerrados
me gustaría abrazarte,
estar abrazados hasta ser uno
que tu piel se funda con la mía,
tan difusos seríamos, difusos, confusos y oscuros.
En ese instante, caer otra vez, caer con las hojas
juntos al suelo y desaparecer
entremezclados.

El mundo gira, lo saben hasta las nubes bajas
y eso que están muy cerca del suelo.

Cuando comienzo a notar otras miradas
creo que ya has desaparecido
por fin
de una cabezucha confundida
y no estás.

Ahora puedo resurgir de las hojas,
sola...
con los mismos colores que dejé atrás
y deseando una cosa..

volver a caer.