miércoles, 20 de enero de 2010
Sueño invernal
La luz tiene que ser perfecta, son sobre las cuatro de la tarde y por lo general
prefiero las tardes nubladas, aun que a veces el sol, tan radiante, me llega a gustar bastante.
Llevo planeando desde hace días..., varias noches, dormir durante el día,
y despertar mientras anochece.
Siempre..., sobre las once de la noche, cuando me siento terriblemente mal
por estar despierta a esa hora, deseo que sean las cuatro de la tarde
y bebo mucha tila, fumo, y escucho música soñando con soñar... .
Pero ahora son las cuatro y dejar los pantalones en el suelo,
esos que he llevado durante ocho horas,
casi nueve... es un gran alivio y saber que solo con eso
ya tengo un poquito menos de todo aquello que he pasado durante la mañana pegado a mi.
Hoy será la tarde dedicada al mar... a la suavidad de las mantas a mi propia atmósfera de nubes
y tonos suaves y tranquilos.
El invierno aquí dentro es muy extraño y lo pienso saborear cerrando los ojos.
Con una pequeña introducción a la lectura... continuando con una historia paralela
a la que mi va a subconsciente imaginar..., comienzo, dejando caer suaves movimientos sobre letras, frases, y párrafos, lentamente los párpados caen, se vuelven pesados, y se abren de golpe. Prosigo hasta estar segura de que al dejar el libro se volverán a cerrar suavemente, y todo será oscuro... muy oscuro... apacible, y mi compañía será la más dulce que haya tenido en todo el día.
Soñando dentro de mi, ivernando como un osito.
Y viajé en tren,
jugué con las hojas en el suelo,
con el perro Maikel,
personas locas,
y siempre en oscuras y cómodas habitaciones.
Fotografías de el...
triste y curiosa
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