sábado, 1 de septiembre de 2007
Ladrillos para una casa de madera.
Ladrillos para una casa de Madera.
Semblante serio y de amargura..., dices, que es el nuestro, el que te ponemos.
Y aún no sabes que existen los espejos.
Como en las calles que vuelven al mismo sentido, o las tardes que no bajan de los 30º y quiero dormir
junto a el, mientras no lloro por que no me quedan lágrimas y quiero cambiar, de aspecto,
para que me queden menos posibilidades de sentir algo diferente, es algo que no pienso
simplemente, tengo ganas.
Ganas de hablar contigo y que me digas que estas bien, para intentar llorar de alegría.
Paralizar momentos materiales, con luz ciega, y enfoque perfecto, por que quiero que me
vuelvas a decir que te gusta, y sentirme un poco mejor conmigo, por que eres el único
al que realmente creo.
Me gusta la rabia que acumulas en tu pacifismo... pero no cuando la sueltas y me llega un poco a mi...
es genial estar contigo, no puedo buscar palabras mas dificiles para explicarlo, por que sencillamente
es eso.
Al final aprendí a sentir lo mismo que tu dentro de la habitacion, ha abrir la puerta y ver las nubes pasar
mientras vemos que estamos solos realmente, o salir cuando hace frio para sentir algo diferente.
Y siempre llegamos a la misma conclusion, hay que esperar, a todo, a verte, a hablarte, a que me cojas el telefono,
a que quieras estar conmigo, a que vuelvas a decir "y yo", por que siempre me adelanto yo. y...
Te quiero.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)