Mi casa,
donde está,
donde esté mi olor corporal,
donde al respirar sienta que está,
dolor, donde el olor sea tan familiar que vuelva inapreciable,
donde los pájaros bailen a mi alrededor,
y las nubes ya no me encuentren, tapada,
viendo todo girar,
y muy quieto,
donde mi estómago sienta que está vivo,
donde tenga ganas de volar.
Donde no,
donde vengas y no quieras,
donde todo duela,
donde todo vuela.
Donde las nubes, despierten,
y te descubran.
Ese lugar que ya casi no recuerdo,
y casi no siento,
pero que vuelve,
noto como comienza a entrar en mi,
y no me engaño.
Simplemente vuela hacia mí cabeza,
como una hojarasca lanzando chispas en mi interior.
Quiero,
quiero,
quiero,
ya no te quiero.
pero me quiero y vuelo y duele,
y quiero explotar, quiero rebentar,
la mandíbula me aprieta y siento, siento que caigo y me elevo al mismo tiempo.
Quiero salir corriendo sin cagarla,
pero es imposible.
Solo quiero estar, quiero enontrar,
mi antigua casa, esa que me mataba y me daba vida a partes iguales,
esa que vibraba en mi estómago como una niña pataleando,
quiero, quiero,
quiero dar patadas y puñetazos sobre mi mundo .
La piel de gallina y el estómago en un puño,
quiero vibrar.
1 comentario:
Quizás ese alguien o algo también se muere por volver a esos sitios, a esos recuerdos, que llegan siempre sin avisar, y poco a poco, se desvanecen muy lentamente, hasta que desaparecen para volver de nuevo cuando menos te lo esperas. Quizás sea pasajero, o quizás mamá tenía razón..
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